Todos sabemos que los niños son impredecibles. A veces están de buen mood para tomarse fotos, y a veces simplemente no. Nuestro trabajo como fotógrafos es tener mucha paciencia y sobretodo, buscar estrategias para hacernos sus amigos y que nos tengan confianza.

     Con Valeria sucedió algo muy divertido. Apenas llegamos a su encuentro, salió corriendo y se encerró en un baño. Sí, se encerró con llave y su mamá tuvo que salir corriendo a buscar la llave porque fue imposible negociar con ella para que saliera, ni ofreciéndole dulces. Entendimos al instante que Valeria no estaba en su mejor día, así que rápidamente nos propusimos a convertirnos en sus mejores amigos.

     Para hacerles el cuento corto, Valeria se convirtió en nuestra hermanita menor. Se portó tan bien, se cambió varias veces de ropa y hacía todo lo que le pedíamos, y cuando ya nos tocaba despedirnos, se puso muy triste. Realmente hicimos una conexión súper bonita y ya no podemos esperar hasta el año que viene para hacerle su sesión del 2016.

     Gracias a Mariale, su mami, por la confianza -además después que le entregamos las fotos nos regaló una cajita de navidad deliciosa llena de brownies y polvorosas para morirse de lo divinas, hechos por ella misma-. Nuestros clientes se convierten en nuestros amigos, y eso es lo más lindo de nuestro trabajo.

¡Disfruten de las foticos de Valeria!

Fotografía y dirección creativa: Cristina Badell

Locación: Parkland, FL